sábado, 23 de febrero de 2008

Testimonio de joven que voló en el avión siniestrado pero a las 6:05 am del jueves

Pierina Quintero, periodista de la Organización No Gubernamental Venezuela por la Vivienda y de la Organización Comunitaria de Vivienda y Hábitat Mi Sueño Realidad, agradece hoy a Dios haber cumplido con la ruta de su vuelo Mérida -Caracas, que partió el pasado jueves a las 6:05 de la mañana del aeropuerto Alberto Carnevalli. Justamente, la aeronave que la transportó hasta Maiquetía fue la misma que cayó a casi 10 kilómetros de su despegue a las 4:45 de esa tarde el 21 de febrero en el estado Mérida.
Quintero comentó a la redacción de El-Nacional.com que tanto ella como su jefe, el abogado Eddy García, se encontraban en la entidad andina brindando asesoría a la comunidad de San Juan de Lagunilla para el desarrollo de la asociación civil María Antonia Urbina, que agrupa a 190 familias que esperaban su techo desde hace dos años. La comitiva, conformada por cuatro personas, regresaría en vuelos distintos del pasado jueves a Caracas: Dos de ellos a las 6:05 de la mañana en el vuelo 510 y el resto en el vuelo de las 4:45, que desafortunadamente colisionó con el Páramo de Los Conejos a pocos minutos de partir.
Sin embargo, tanto la señora Fanny González (trabajadora social) como el señor Manuel Flores (inspector de seguridad) lograron- gracias al madrugonazo de sus amigos en el aeropuerto de Mérida- adelantar su hora de vuelo y pudieron ingresar a la lista de espera de la aeronave, que despegó rumbo a Caracas a las 6:05 de la mañana en lo que sería su último trayecto exitoso hacia la ciudad capital. Con esa maniobra personal o del destino evitaron formar parte de la lista de 46 víctimas del siniestro aéreo.
Turbulencia a diez minutos del despegue
Quintero calificó como "normal" el trayecto de Mérida hacia Maiquetía que recorrió el avión modelo ATR 42300 en horas de la mañana del pasado jueves. Salvo una turbulencia que se sintió luego de 10 a 15 minutos del despegue -tiempo en que se estima que colisionó el avión durante el fatídico viaje de las 4:45- el resto del trayecto se desarrolló sin inconvenientes.
"Lo que me comentaron es que esa turbulencia se siente en ese momento por lo condensada de los nubes. También referían los pasajeros del avión que era algo normal a esas alturas del vuelo", señaló.
Refirió también que los mismos viajeros comentaban durante el vuelo la dificultad que, para los pilotos, representa despegar del estado Mérida.
"Para salir de Mérida tienes que pasar entre dos montañas, entonces debes tener suficiente velocidad para elevarte y pasar por encima de las montañas y luego volver a descender un poco para seguir el curso normal", añade.
La comunicadora social asegura que el avión contaba con todos los dispositivos necesarios para ser usados en caso de emergencia. Los asientos poseían en buen estado los cinturones de seguridad y contaban con las respectivas mascarillas de oxígeno.
A Quintero la invade una sensación de tristeza y hasta de culpa al saber que voló en un avión que se accidentó trágicamente horas más tarde. "Es horrible. Es como si te sintieras mal por no haber ocupado el puesto que a lo mejor a ti te correspondía si hubieses viajado más tarde y que usó otro que se murio. Hasta te preguntas qué es lo que Dios quiere que hagas en esta vida, que te dio la oportunidad de seguir viviendo", expresa.
Fuentes vinculadas a la aerolínea Santa Bárbara Airlines confirmaron que el avión efectivamente cumplió tres rutas durante el día, pero que esa dinámica de operación era habitual. Despegó a las 6:05 para llegar a las 7:30 a Caracas, despegó a las 12:25 de Maiquetía y aterrizó a la 1:55 de la tarde y volvió a despegar a las 4:45, en lo que sería desafortunadamente el último servicio comercial que prestó la aeronave.

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