Racismo y xenofobia encuentran maneras sutiles de manifestarse entre los españoles. Un estudio revela que los jóvenes inmigrantes son las nuevas dianas de estos ataques.
Texto de: Jack Amesty
Los inmigrantes son las principales víctimas del racismo y la xenofobia en España, así lo revela un estudio del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia, que, en su memoria anual 2006, señala que entre la población española surgen ahora nuevas y refinadas formas de racismo difíciles de detectar.
La antropóloga e investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Margarita del Olmo, indica que existe un consenso social mayoritario (del que quedan excluidas las manifestaciones racistas explícitas de personas que se consideran racistas y están orgullosas de serlo) que dicta que el racismo es un comportamiento negativo. Entonces, - se pregunta - ¿Por qué seguimos siendo racistas?: Sencillamente porque nos permite legitimar los privilegios de unos cuantos a costa de otros, y porque además se las arregla para hacer creer a las víctimas que ellas son las culpables de su falta de privilegios. “Por este motivo es tan sutil: No estamos dispuestos a renunciar a los privilegios, pero al mismo tiempo decimos en voz alta que el racismo es algo que no debería existir. Así que lo somos, pero imperceptiblemente, tanto que nos llegamos a creer que nuestro comportamiento y nuestros privilegios no tienen nada que ver con el racismo. Por ese motivo es tan difícil de desenmascarar”.
Los centros educativos son los nuevos focos de estas manifestaciones de intolerancia, así lo confirma la investigación Racismo:¿Qué es y cómo afrontarlo?, donde se denuncia que en los centros educativos españoles, los hijos de los inmigrantes, son los que más sufren por este motivo, “(…)se sienten cotidiadamente expuestos a situaciones de este tipo, suelen acudir a sus compañeros para compartirlas y tratar de luchar contra ellas, pero no lo comentan a los adultos porque piensan que no les creerán, o empeorarán la situación”. Por otro lado están convencidos de que es necesario hablar sobre ello en el colegio: compartir opiniones, contar experiencias, discutir, etc.
Es en los colegios, donde los investigadores, ongs y organizaciones concienciadas por este flagelo, están llevando a cabo los mayores proyectos sobre el racismo, adolescencia e inmigración, y es allí donde surgen la mayoría de los planteamientos sobre cómo abordar la responsabilidad del sistema educativo en el proceso de producción y reproducción del racismo.
Por tanto, este 21 de marzo cuando se recuerde el Día Mundial contra el Racismo y la Xenofobia, la sociedad debe dirigir la mirada a la escuela porque es de allí desde donde se puede forjar un cambio en la sociedad.
Texto de: Jack Amesty
Los inmigrantes son las principales víctimas del racismo y la xenofobia en España, así lo revela un estudio del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia, que, en su memoria anual 2006, señala que entre la población española surgen ahora nuevas y refinadas formas de racismo difíciles de detectar.
La antropóloga e investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Margarita del Olmo, indica que existe un consenso social mayoritario (del que quedan excluidas las manifestaciones racistas explícitas de personas que se consideran racistas y están orgullosas de serlo) que dicta que el racismo es un comportamiento negativo. Entonces, - se pregunta - ¿Por qué seguimos siendo racistas?: Sencillamente porque nos permite legitimar los privilegios de unos cuantos a costa de otros, y porque además se las arregla para hacer creer a las víctimas que ellas son las culpables de su falta de privilegios. “Por este motivo es tan sutil: No estamos dispuestos a renunciar a los privilegios, pero al mismo tiempo decimos en voz alta que el racismo es algo que no debería existir. Así que lo somos, pero imperceptiblemente, tanto que nos llegamos a creer que nuestro comportamiento y nuestros privilegios no tienen nada que ver con el racismo. Por ese motivo es tan difícil de desenmascarar”.
Los centros educativos son los nuevos focos de estas manifestaciones de intolerancia, así lo confirma la investigación Racismo:¿Qué es y cómo afrontarlo?, donde se denuncia que en los centros educativos españoles, los hijos de los inmigrantes, son los que más sufren por este motivo, “(…)se sienten cotidiadamente expuestos a situaciones de este tipo, suelen acudir a sus compañeros para compartirlas y tratar de luchar contra ellas, pero no lo comentan a los adultos porque piensan que no les creerán, o empeorarán la situación”. Por otro lado están convencidos de que es necesario hablar sobre ello en el colegio: compartir opiniones, contar experiencias, discutir, etc.
Es en los colegios, donde los investigadores, ongs y organizaciones concienciadas por este flagelo, están llevando a cabo los mayores proyectos sobre el racismo, adolescencia e inmigración, y es allí donde surgen la mayoría de los planteamientos sobre cómo abordar la responsabilidad del sistema educativo en el proceso de producción y reproducción del racismo.
Por tanto, este 21 de marzo cuando se recuerde el Día Mundial contra el Racismo y la Xenofobia, la sociedad debe dirigir la mirada a la escuela porque es de allí desde donde se puede forjar un cambio en la sociedad.
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