Washington.- El Papa Benedicto XVI llegó hoy a la base aérea de Andrews, en las afueras de Washington, para una visita pastoral de seis días a la capital estadounidense y Nueva York.
El avión que transporta al pontífice, bautizado como "Shepherd One" ("Pastor Uno") por los medios estadounidenses, tocó tierra a las 16.00 hora local (20.00 GMT) y en la pista esperaban al Papa el presidente George W. Bush, su esposa Laura y su hija Jenna.
Benedicto XVI fue recibido en el interior mismo del avión por el nuncio apostólico en Washington, Pietro Sambi, y por la jefa de protocolo del Departamento de Estado, Nancy Brinker, informó Efe.
Al bajar la escalerilla, intercambió apretones de manos con Bush, vestido con un traje negro, camisa blanca y corbata azul, y con la primera dama, que usaba un traje de chaqueta negro.
Jenna, ataviada también con un vestido negro de manga tres cuartos, pareció dudar un momento sobre si hacer una genuflexión antes de dar la mano al Santo Padre.
Ante los aplausos de los espectadores, entre los que se encontraban los alumnos de un colegio católico, y tras unos breves momentos de descanso en el interior de la terminal de la base, el Papa y su comitiva abordaron varias limusinas para desplazarse por carretera hacia la Nunciatura, donde el Obispo de Roma se alojará durante su estancia en Washington.
La de hoy fue la primera vez en que Bush recibió a una autoridad extranjera en la base de Andrews.
Según explicó hoy la portavoz presidencial, Dana Perino, la decisión se tomó después de investigar los precedentes de visitas papales y descubrir que en otras ocasiones "es costumbre recibir al Papa en su punto de llegada a Estados Unidos, sea cual sea, y en esta ocasión era Andrews".
En declaraciones a bordo del avión que le trasladaba a Washington, Benedicto XVI expresó sus disculpas por los escándalos de abusos a menores protagonizados por sacerdotes católicos en EE.UU. desde 2002 y los calificó de "vergüenza".
El pontífice participará mañana en una ceremonia de bienvenida en los jardines de la Casa Blanca, donde se esperan entre 9.000 y 12.000 personas, antes de reunirse con Bush en el Despacho Oval.
El Papa dedicará la tarde a reuniones con la Conferencia Episcopal estadounidense, mientras en la Casa Blanca se celebra una cena en su honor a la que están invitados líderes católicos. Se da la circunstancia de que mañana el Papa cumple 81 años.
El jueves, Benedicto XVI oficiará una misa en el estadio del equipo de béisbol de los Nationals, ante unas 45.000 personas, y participará en sendas reuniones con personalidades del mundo universitario católico y con representantes de otras religiones.
El viernes, el Papa partirá hacia Nueva York, donde visitará la sede de la ONU y la "zona cero", escenario de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, y ofrecerá una misa en el estadio de béisbol de los Yankees.
La visita a Estados Unidos, que concluirá el próximo 20 de abril, es el octavo viaje internacional de Benedicto XVI en sus tres años de pontificado y el segundo intercontinental.
El avión que transporta al pontífice, bautizado como "Shepherd One" ("Pastor Uno") por los medios estadounidenses, tocó tierra a las 16.00 hora local (20.00 GMT) y en la pista esperaban al Papa el presidente George W. Bush, su esposa Laura y su hija Jenna.
Benedicto XVI fue recibido en el interior mismo del avión por el nuncio apostólico en Washington, Pietro Sambi, y por la jefa de protocolo del Departamento de Estado, Nancy Brinker, informó Efe.
Al bajar la escalerilla, intercambió apretones de manos con Bush, vestido con un traje negro, camisa blanca y corbata azul, y con la primera dama, que usaba un traje de chaqueta negro.
Jenna, ataviada también con un vestido negro de manga tres cuartos, pareció dudar un momento sobre si hacer una genuflexión antes de dar la mano al Santo Padre.
Ante los aplausos de los espectadores, entre los que se encontraban los alumnos de un colegio católico, y tras unos breves momentos de descanso en el interior de la terminal de la base, el Papa y su comitiva abordaron varias limusinas para desplazarse por carretera hacia la Nunciatura, donde el Obispo de Roma se alojará durante su estancia en Washington.
La de hoy fue la primera vez en que Bush recibió a una autoridad extranjera en la base de Andrews.
Según explicó hoy la portavoz presidencial, Dana Perino, la decisión se tomó después de investigar los precedentes de visitas papales y descubrir que en otras ocasiones "es costumbre recibir al Papa en su punto de llegada a Estados Unidos, sea cual sea, y en esta ocasión era Andrews".
En declaraciones a bordo del avión que le trasladaba a Washington, Benedicto XVI expresó sus disculpas por los escándalos de abusos a menores protagonizados por sacerdotes católicos en EE.UU. desde 2002 y los calificó de "vergüenza".
El pontífice participará mañana en una ceremonia de bienvenida en los jardines de la Casa Blanca, donde se esperan entre 9.000 y 12.000 personas, antes de reunirse con Bush en el Despacho Oval.
El Papa dedicará la tarde a reuniones con la Conferencia Episcopal estadounidense, mientras en la Casa Blanca se celebra una cena en su honor a la que están invitados líderes católicos. Se da la circunstancia de que mañana el Papa cumple 81 años.
El jueves, Benedicto XVI oficiará una misa en el estadio del equipo de béisbol de los Nationals, ante unas 45.000 personas, y participará en sendas reuniones con personalidades del mundo universitario católico y con representantes de otras religiones.
El viernes, el Papa partirá hacia Nueva York, donde visitará la sede de la ONU y la "zona cero", escenario de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, y ofrecerá una misa en el estadio de béisbol de los Yankees.
La visita a Estados Unidos, que concluirá el próximo 20 de abril, es el octavo viaje internacional de Benedicto XVI en sus tres años de pontificado y el segundo intercontinental.
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